jueves, 24 de julio de 2014

Vals con Bashir

¿Qué es un recuerdo y cuánto tiene de real? La consistencia de la memoria es imprecisa, inexacta, delicada y frágil. Es etérea, dúctil y vulnerable al paso del tiempo, al poder de la sugestión, a las múltiples influencias de experiencias posteriores… las imágenes que grabamos en nuestro subconsciente se adaptan a nuestro entorno, a nuestras necesidades y a nuestras circunstancias para ayudarnos a sobrevivir.
 Así,  del mismo modo que cada persona puede rememorar  una determinada escena  de forma diferente en cada etapa de su vida, un   suceso  compartido  puede ser  registrado individualmente de manera desigual e incluso contradictoria.



“La memoria sabe hasta dónde puede llegar sin causarte daño”, dice el amigo de Ari al principio de la cinta, justificando ese estratégico bloqueo -involuntario e inconsciente- de una parte de su pasado a la que el director viaja de la mano de testimonios ajenos y recuerdos cedidos con los que construirá el suyo propio, apoyándose para ello en la estructura narrativa de un documental y en  la elasticidad creativa de la animación.




El resultado es a la vez  un esclarecedor ejercicio reflexivo sobre el poder desestabilizador de la guerra y la brutalidad desatada, una toma de conciencia que divide a los culpables en espectadores, consentidores y ejecutores; y una labor de investigación que reconstruye un dramático episodio histórico para reivindicar la verdad como auténtica esencia de la justicia.