viernes, 3 de enero de 2014

À perdre la raison

À perdre la raison parte de un suceso real ocurrido en Bélgica en 2007, para intentar profundizar en los inexplicables motivos que pueden desencadenar una atrocidad tan antinatural.  
En sus dos primeras escenas se nos adelanta el desenlace: una madre que casi implora entre sollozos que sus hijos sean enterrados en Marruecos, para acto seguido comenzar un perturbador relato que revela la desintegración física y emocional de Murielle (espléndida Emile Dequenne)   

El tono luminoso de los primeros planos, retrato de los comienzos de la idílica relación, se vuelve oscuro, trágico y opresivo a medida que ella cae en una profunda depresión, víctima del desgaste de pareja, del inevitable choque cultural y de la dependencia económica que sobre el matrimonio ejerce su "benefactor". Una segunda parte que falla en el ritmo, pero que describe perfectamente la sensación claustrofóbica y angustiosa de quien se sabe impotente.  

Esta traumática evolución tiene su momento álgido en los dos impresionantes planos finales, que son, con diferencia, lo mejor de la película.

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