viernes, 3 de enero de 2014

Fruitvale

Ejemplo perfecto de como hacer el ridículo con una muy buena premisa.   

Lo que podía haber sido una durísima crítica a los abusos policiales o al todavía latente racismo en los EEUU, a las dificultades de determinados colectivos para la reinserción, al estado de indefensión con que se encuentra la comunidad afroamericana y a la desigualdad ante la Justicia, se convierte en una absurda exageración del personaje principal, y de sus circunstancias, hasta hacerle del todo inverosímil.   

Fruitvale no es más que una caricatura sin sentido que invierte más de la mitad del metraje total en beatificar al protagonista, jugando con la lágrima fácil, con la demagogia y con el mal gusto.   

No me explico el éxito en Sundance.

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